Durante años, el rendimiento de los smartphones se ha evaluado casi exclusivamente por dos factores: el procesador y la memoria RAM. Sin embargo, conforme la arquitectura de los chips se vuelve más eficiente y homogénea entre generaciones, el verdadero cuello de botella empezó a desplazarse hacia un componente que históricamente se veía como secundario: el almacenamiento interno. Y es aquí donde la evolución de UFS (Universal Flash Storage) ha comenzado a transformar de manera profunda la experiencia móvil.

El salto entre UFS 3.1 y UFS 4.0 es un ejemplo claro de cómo un avance técnico puede repercutir en todo el ecosistema del dispositivo. UFS 4.0 duplicó el ancho de banda por carril y mejoró notablemente las velocidades de lectura y escritura secuencial y aleatoria, pero lo más relevante no es el número en sí, sino lo que permite hacer. Con la nueva arquitectura, los controladores pueden manejar operaciones simultáneas con más eficiencia, reduciendo la latencia y permitiendo que procesos dependientes del almacenamiento (como la carga de texturas en juegos, la apertura de aplicaciones, el procesamiento de imagen o la instalación de paquetes grandes) ocurran sin los micro-retardos que, aunque pequeños, afectan la fluidez total del sistema.

Otro aspecto que suele pasar desapercibido es el consumo energético. UFS 4.0 no solo es más rápido, también necesita menos energía para lograr ese rendimiento. En un contexto en el que los fabricantes buscan equilibrar potencia y autonomía, esto significa que las tareas pesadas no castigan la batería tanto como antes. Y con la llegada de controladores aún más optimizados en UFS 5.0, este equilibrio será incluso más evidente.

Las marcas también están adoptando estrategias propias. Samsung, como líder en la fabricación de módulos UFS, aprovecha una integración casi vertical entre hardware y software. Por otro lado, fabricantes como Vivo y Xiaomi han comenzado a combinar almacenamiento UFS de alta velocidad con tecnologías de RAM virtual más inteligentes, no para inflar cifras, sino para descargar procesos secundarios desde la RAM física hacia el almacenamiento sin sacrificar estabilidad. Esto reduce los saltos bruscos en el rendimiento cuando el sistema se encuentra bajo presión, algo que todavía ocurre en dispositivos con gran cantidad de RAM pero almacenamiento más lento.


Además, la fotografía computacional (que hoy depende más del software que del tamaño del sensor) se beneficia directamente del almacenamiento rápido. Tomar una ráfaga, procesarla, generar versiones HDR y almacenar los resultados requiere mover grandes cantidades de datos en milisegundos. Lo mismo aplica para el video en 4K y 8K: sin un ancho de banda adecuado, aparecen problemas como retrasos en la previsualización, frames perdidos o limitaciones en la duración de grabación.

A esto se suma la tendencia hacia sistemas más complejos, como algoritmos de IA ejecutados localmente. Estos modelos no solo consumen RAM y CPU, también leen y escriben constantemente en el almacenamiento para gestionar cálculos, caché y lotes de datos. Cada mejora en UFS implica que estas tareas se ejecutan con menor latencia y sin comprometer la reactividad del sistema, incluso cuando varias aplicaciones están activas en segundo plano.

En última instancia, la industria está entendiendo algo que antes no era tan evidente: la velocidad real de un teléfono no depende únicamente del procesador, sino de qué tan rápido puede mover datos entre sus componentes (así como la diferencia de un PC entre un HDD y un SSD). Un chip de última generación puede verse limitado si el almacenamiento no acompaña ese ritmo. Por eso, las mejoras en UFS no son un avance aislado; son un ajuste en el corazón mismo de la experiencia del usuario.

La transición hacia UFS 5.0 marcará un antes y un después. No se trata solo de superar cifras récord, sino de ofrecer una plataforma de almacenamiento lo suficientemente rápida, eficiente y predecible para absorber las demandas crecientes de la IA móvil, el procesamiento en tiempo real y la gestión de multitarea. Y en un momento en el que las mejoras de CPU son incrementales año tras año, es probable que sea el almacenamiento el que defina qué tan “rápido” se siente realmente un smartphone en la próxima generación.

En síntesis, la evolución de UFS dejó de ser un complemento técnico y se convirtió en uno de los pilares fundamentales del rendimiento moderno. Sin un almacenamiento capaz, todo lo demás (CPU, GPU, cámaras, IA, multitarea) queda limitado a funcionar por debajo de su potencial. Y por primera vez, el mercado comienza a reconocer que, en movilidad, la velocidad no es solo cuestión de poder bruto, sino de eficiencia y flujo de datos. Esta es la parte de la tecnología que no aparece en los titulares, pero que sostiene todo lo que usamos a diario.
¿Que tipo de almacenamiento usas? ¿EMMC o UFS? ¿Apple?
Muchas gracias por leer
Referencias:
https://www.androidauthority.com/ufs-4-0-explained-3168034/
https://www.xatakamovil.com/samsung/samsung-tiene-listo-almacenamiento-ufs-4-0-memoria-doble-rapida-eficiente-para-moviles-futuro
https://www.digitaltrends.com/phones/what-is-ufs-4-0-universal-flash-storage-explained/
https://www.faceofit.com/ufs-3-1-vs-ufs-4-0/
https://www.samsung.com/semiconductor/newsroom/tech-blog/ufs-4-0-technology/